Entrada a mi mundo

Entrada a mi mundo

lunes, 1 de octubre de 2007

FANTASÍA O REALIDAD


Benditas tus manos que me tocan,

santos demonios que te rodean,

salada tu lengua que mis heridas recorren

y sin pudor mis dolores anteriores saborean.


Lamentos míos de no haber estado en tu vida pasada,

por que en esta no creo que existas,

¡No puedes ser de verdad!Exclama mi mente,

Mientras la lava ardientede mi sangre

sale en forma de saliva de mi boca

y en tus pechos de oro desemboca.


Tus ojos se prenden para acompañar

las notas majestuosas de tus gemidos,

y mi corazón que no para de dedicarte

sus acelerados latidos

se cobija en tu vientre.


Piernas de marfil

retornadas de nubes negras

que se abren a la orden de mis manos

al son de la música

que solo tú y yo escuchamos,

que solo tú y yo sentimos,

que solo tú y yo adoramos.


Y tus manos suaves,

pero con espinas de rosas venenosas,

empiezan su recorrido en mi boca,

se deslizan por mi pecho

dejando cicatrices

que solo placer provocan,

mientras nuestras caderas no paran su danza loca.


En un suave movimiento me haces reaccionar

regalándome de tu espalda su luminosidad,

y en un acto repentino y desesperado

acepto tu desafío, tomando por detrás tus caderas

con mis ya empapadas manos

de tu elixir adictivo,de tu sexo que ya a esas alturas

era completamente mío.


Intentos fallidos de mirar tu rostro

por que tus manos me detienen,

por que con tu juego embriagador de seducción

lo escondes detrás de tus dorados cabellos,

provocando en mi desesperación,

por que sin atisbo de cordura

baja hasta la altura de mi cintura

y con movimientos de tu boca en mi sexo sin sentido

provocas en mí un estruendo alarido.


Ahora mueve tus caderas a ritmo más acelerado…

Por favor te lo pido,

ya que a tus encantos estoy entregado

y a tus placeres rendido.

Ahora con mis uñas encarnadas en tu piel

y las tuyas en la mía

exploto en un orgasmo,que al mismo tiempo que tu

lo acallamoscon nuestros brazos

fuertemente entrelazados.


Y llegó la luz del día,

abro mis ojos con miedo de voltear,

y es que no quiero a mi corazón decepcionar

con la idea de que tú no estarías,

y mientras una lágrima de mis ojos salía,

tu mano se posó en mi pecho.

Fue el amanecer más feliz de mi vida.

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